sábado, 19 de marzo de 2011

Crisis en Fukushima: ¿nucleares sí, nucleares no?

“Apocalipsis”. Esas son las palabras que brotan de unos y otros, de expertos y gente de a pie. La central nuclear de Fukushima, que centra sobre sí todos los focos del desastre de Japón, tiene a medio mundo preocupado, quizás incluso más que los casi 17.000 desaparecidos o muertos a causa de un terremoto de grado 8,9 en la escala de Ritcher y el consiguiente tsunami con olas que superaban la barrera de los diez metros.

En este contexto de desastre y desolación, de inestabilidad social, económica, energética y política en Japón, lo más remarcable para la prensa sensacionalista actual parece ser la situación de la central de Fukushima, que según ciertos sectores alarmistas puede conllevar la fusión del núcleo, la explosión y consiguiente emisión de gases radiactivos a la atmosfera y unas consecuencias similares a las de Chernóbil.

Y el miedo se desata. Incremento de las pastillas de yodo, aumento de la preocupación ciudadana y el tema de las energías nucleares, que parece volver a surgir con fuerza, defendiendo su inutilidad, sus muchos peligros y el posible desastre a escala mundial a que podría llevarnos esta situación tan peliaguda.

Permitidme empezar diciendo que, ni por asomo, soy un experto en energías nucleares ni en ningún campo relacionado con ellas, ahora bien, mi corta experiencia con los medios de comunicación y con las intenciones de ciertos individuos me ha hecho suspicaz, o, hay quien diría, paranoico. Quién sabe, juzgad vosotros. Pero me gustaría hablar de cosas que parecen haber sido ligeramente dejadas de lado por nuestros medios sensacionalistas (la culpa de los cuales es más nuestra que suya, pues el sensacionalismo, queramos o no, vende más que la verdad objetiva, cosa que nos hace devorar con ahínco lo que escriben algunos de esos “periodistas”; aunque también los hay buenos, claro).

Empecemos por el principio: la energía nuclear no es segura, acabará con el planeta. ¿Es eso cierto? La verdad es que no podemos valorar esa afirmación, pero lo que se hace evidente es que lo que ha sucedido en Japón dista de lo HABITUAL. Una central nuclear capacitada para soportar un terremoto como MÁXIMO de magnitud 8 en la escala de Ritcher ha soportado sin daños en la parte que concierne al núcleo uno de grado 9 (recordemos que la escala de Ritcher es exponencial). Ha sufrido, sin duda, daños a consecuencia del tsunami y el terremoto, pero estos “solo” (este solo es completamente relativo, los daños son graves, y las posibles consecuencias pueden ser muy, muy desastrosas) han afectado al sistema de refrigeración. ¿Qué quiere decir eso? En teoría el núcleo está a salvo, solo víctima, por lo tanto, del calor (que es el punto problemático y contra el que están luchando los HÉROES, no merecen otro nombre, que intentan salvar Japón de la catástrofe que puede sobrevenir). Así que mientras no haya fusión del núcleo*, cosa que día a día está volviéndose más complicada gracias a los diversos esfuerzos para refrigerar el reactor, la situación no tendría que ir a peores. El riesgo también se encuentra, no debemos olvidar, en la situación del combustible de las piscinas, el que tiene que estar refrigerado porque de lo contrario emitiría mayores cantidades de radiactividad. Pero que como ya se ha dicho, si se consigue refrigerar el riesgo debería desaparecer.

* Cabe recordar que fusión del núcleo =/ fusión nuclear. La fusión nuclear es el proceso que tiene lugar en las estrellas que implica la fusión de átomos de hidrógeno formando helio y liberando una ingente cantidad de energía. Fusión del núcleo es el paso de sólido a líquido de las sustancias (isótopos radioactivos) residentes en él. Que nadie se imagine la fusión del núcleo como la creación de un sol en miniatura o algo por el estilo.

Esa es, pues, la situación que aceptan los expertos (algunos abogan por un 6 en la escala de riesgo, siendo el 7 el máximo y lo vivido en Chernóbil), otros son menos alarmistas, pero la situación dista de ser agradable, pues ya empiezan a haber fugas radioactivas (los trabajadores están solventando el problema a riesgo de sus propias vidas). Ahora bien, cabe diferenciar estas circunstancias (más o menos objetivas) con la sensación de alarma que se respira. Claro que la situación es crítica, y el posible daño puede ser terrorífico, pero de ahí al hecho que aparezca el Comisario de Energía de la Comisión Europea a tachar tal suceso de “apocalíptico” y sembrar, por consiguiente, el terror y la alarma entre los ciudadanos hay un trecho.

Porque debemos aceptar que es una situación crítica, pero debemos alejarnos del sensacionalismo y el alarmismo, pues esto sólo lleva a decisiones y acciones irracionales que no ayudarán a las víctimas y no harán más que entorpecer la situación, complicándola con afirmaciones sinsentido y hechas por quiénes no disponemos de conocimientos para hacerlas.

Pero, sigamos analizando qué se cuece en realidad en la central:

“La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha calificado este jueves que la situación en la central nuclear japonesa de Fukushima es "muy seria", aunque ha añadido que la crisis no ha empeorado desde el miércoles.”

Y, otra diferencia con Chernóbil:

“En Chernóbil no existía edificio de contención y en Fukushima sí. Aunque estén dañados, dos reactores mantienen buena parte de su función para evitar que salga la radiación. Además, el moderador de Chernóbil era de grafito, una sustancia que acumula calor. Eso creó un incendio que tardó 14 días en ser apagado”, recordó el director de la Agencia Nuclear de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Luis Echávarri.

Parece distar ligeramente de las desafortunadas afirmaciones apocalípticas de algunos expertos en el tema. Y, debemos creer que la situación irá a mejor con el tiempo (cosa lógica si pensamos que como más tiempo pasa más esfuerzos y más facilidades se dedican a subsanar el problema). Quizás sea el momento de dejar de comprar pastillas de yodo, de coger un mapa y medir las radiaciones que nos pueden llegar o, simplemente, dejar de creer que el mundo se acabará con este desastre natural.

Quizás debiésemos empezar a dedicar más tiempo a la situación complicada de Japón, pero no por el desastre nuclear, que deseemos que no llegará a más, sino por el hecho de que un terremoto de grado 9 y el consiguiente tsunami han sacudido el país entero, cosa que ya parece que hemos olvidado, preocupados por si las radiaciones llegarán o no.

Pero, analicemos por qué se está generando el pánico entre los ciudadanos. ¿Quizás esto tenga algo que ver?

http://www.racalacarta.com/download.php?file=0317%2016h%20%28Dijous%2017-03-11%29%20%20%20VERSIO%20RAC1.mp3

A partir del minuto 28 unos “periodistas” de Telecinco desechan una historia reportada porque no es “lo que buscan”, entendiendo lo que buscan como sensacionalismo barato, tragedias y dramatismo (cosa que, ciertamente, no debería sorprendernos de Telecinco).

Porque sí, lo cierto es que el dramatismo, la tragedia, el sensacionalismo barato VENDE. Sí, señores, vende, y mucho. Y en eso se ha convertido el periodismo actual: en sensacionalismo barato. No todo, afortunadamente, pero sí mucho. Recomiendo este artículo:

http://noesbuenosersincero.blogspot.com/2011/03/nuevas-manipulaciones-de-parte-de.html
Esto, junto a declaraciones alarmistas y catastrofistas es en lo que se ha convertido la información (los medios de manipulación de masas, que dirían algunos).

-Energías nucleares sí, energías nucleares no

Como es imposible evitar, el debate de las energías nucleares ha vuelto a salir a coalición, con muchos más detractores que hace un tiempo. Angela Merkel está empezando a cerrar centrales para reformarlas y renovarlas (aunque algunos creen que es mero electoralismo, cada cual piense lo que quiera); otros exigen el cierre de Garoña; otros critican con ahínco, en los bares, por la calle, en los blogs… la energía nuclear como un peligro público, un enemigo que arrasará con el mundo y demás afirmaciones. (Permitidme un pequeño comentario sin nada que ver: lástima que los mismos que despotrican de las nucleares no pongan objeciones de igual modo a las bombas nucleares, pero oiga usted, los problemas de una bomba nuclear no son reales, pero los de las centrales nucleares son una “bomba a punto de explotar”).

Entonces, ¿qué debemos hacer con las energías nucleares? Cabe recordar ciertas cosas antes de ponerse a discutirlo.

Fukushima es una central PREPARADA para resistir terremotos de una escala inferior a la 9 (recordemos que cada salto es exponencial, NO proporcional. Grado 2 no es el doble que grado 1) y ha conseguido resistir uno de grado 9 y un posterior tsunami que ha afectado “únicamente” al sistema de refrigeración, dejando el núcleo intacto.

La energía nuclear es la forma más eficiente de obtención energética y, en nuestra sociedad, energía es lo que nos falta/faltará. Así que, ¿cómo suprimir la producción de energía nuclear sin sustituirla por otro tipo? Porque, por ejemplo, Francia, Estados Unidos y muchos otros países tienen un alto porcentaje de energía nuclear. Si les cerramos el grifo, ¿qué sucederá? ¿Alguien se imagina su vida sin electricidad, sin hospitales, sin TELEVISIÓN?

También debemos mencionar el hecho que los combustibles fósiles se agotan. Y, en el proceso acelerado de su consumición estamos saturando la atmosfera con dióxido de carbono fuera de circulación (recordemos que el petróleo y derivados estaban enterrados, no formando parte del “ciclo de la vida” y, por consiguiente, innocuos. Pero al volverlos a poner en circulación en forma gas se produce el ya conocido y, también objeto de sensacionalismo, cambio climático). Así que, sustituir energía nuclear por energía fósil, aparte de costoso e implicar el fin de las ya menguadas existencias de recursos fósiles, implicaría un paso más a favor del mencionado “cambio climático”.

Y no es que no sea pro-renovables. Supongo que toda persona cabal (y que no tenga inversiones en el macro-negocio del petróleo, se entiende) está interesada en el desarrollo de las energías renovables. Ahora bien, debemos hacernos a la idea que ya sea por falta de fondos dedicados a investigación u otros motivos es un proyecto rozando lo inviable (sustituir el total de energía nuclear por energías renovables).

Y sí, es cierto que existe ciertos problemas con los residuos radioactivos. Pero es un problema, si se me permite, "menor", pues podemos almacenarlos sin demasiados riesgos para la salud, aunque nos parezca algo extraño y peligroso (de nuevo causado por prejucios, probablemente). Y ese es, probablemente, el único problema que podemos sacarle a las centrales nucleares (que nadie hable del "humo" que echan, pues es vapor de agua) sin contar los posibles daños en caso de problema en el núcleo y las piscinas contenedoras del material radioactivo.

Entonces, ha llegado el momento de decidir. Todos estos que tanto critican y despotrican de las nucleares, creyéndose que la situación en Fukushima es habitual y corriente, ¿están dispuestos a hacer sacrificios para que sea viable el cierre de nucleares? A mí no me lo parece. ¿Cómo veríamos a nuestros amados medios sensacionalistas sin electricidad? Hay problemas más reales y más importantes que la energía nuclear. Empezando por la situación en Japón (que sin la apocalíptica explosión de la central sigue siendo difícil); las crisis en el norte de África... ¡Y nosotros nos preocupamos por si nos llegará la radiación o no!

Concluyendo, no podemos juzgar ni tachar de terroristas las centrales nucleares por un suceso puntual que, esperemos, no ha sido tan grave como parecía. Tampoco debemos dejarnos llevar por el sensacionalismo barato de algunos medios y no debemos perder el sentido crítico, sobre este tema y sobre cualquier otro.

Saludos.

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